Maltratados y condenados a trabajos forzados
La libertad religiosa en Corea del Norte se niega, por definición, como concepto que pueda existir.
26 de abril de 2011, GINEBRA
La grave situación de los derechos fundamentales en Corea del Norte se ve confirmada por Marzuki Darusman, el nuevo Observador especial de la ONU para los Derechos Humanos en aquel país.
La represión por ideología es alta, intolerante de formas de culto y formas distintas de pensamiento. El reciente informe presentado por Darusman al Consejo de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de Ginebra, explica que el sistema judicial carece de independencia del régimen.
Además del poder judicial de los tribunales ordinarios, existe en el país un “sistema de justicia paralelo” que no respeta ninguna de las garantías procesales de los acusados, y que sirve para ejercer un mayor control sobre los ciudadanos.
El “sistema de justicia paralelo” – explica el informe- regula el comportamiento de los ciudadanos por medio de sistemas y organismos sin leyes que obedecen a ideales del gobierno coreano: Ley de Control de Seguridad Nacional, Comité de juicio de los compañeros, Proceso popular comité para guiar la vida en la legalidad socialista y El Comité de Seguridad para el proceso de castigar a los ciudadanos de Corea del Norte.
SITUACIÓN DE LOS CRISTIANOS
Todos los ciudadanos coreanos o extranjeros que caen en las sentencias de estos procesos, son enviados a campos de concentración donde los detenidos son sometidos regularmente a torturas y tratos crueles e inhumanos. Los disidentes políticos y sus familias, a menudo detenidos de por vida, sufren el hambre y los trabajos forzosos. Entre ellos se encuentran los prisioneros por conciencia y por religión y, según “Open Doors”, hay más de 50 mil cristianos.
A pesar de la difícil situación, se estima que los cristianos en Corea son actualmente alrededor de 400 mil (el 2% de la población) que, en secreto, mantienen su fe, algunos con temor de represión y encarcelamiento.
CENTROS DE DETENCIÓN
Entre los centros de detención más conocidos están: el “Gwanliso” (campo de trabajo para los presos de conciencia); el “Gyohwaso” (campo de trabajo para presos de larga duración); el “Jipgyulso” (prisión simple); el rodongdanryundae” (cárcel de trabajo).
Según los testimonios de personas que han huido del país, el régimen continúa una intensa propaganda anti-religiosa y establece que el “Juche”, la ideología oficial del Estado, es el único sistema de pensamiento y creencia permitido en Corea del Norte.
Autores: Verónica Rossato
Fuentes: Open Doors
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