Italia
En un cuadro del Medievo, pintado por Giotto de Bondone.
15 DE NOVIEMBRE DE 2011, ROMA
Hace falta un poco de imaginación para ver la imagen, pero el fraile franciscano Enzo Fortunato ha hecho conocer que, tras ocho siglos de existencia, ha salido a la luz el rostro de un demonio oculto entre las nubes de uno de los frescos de Giotto de Bondone. Se trata de una de las pinturas que adornan la basílica superior de Asís.
Fortunato ha afirmado que la importancia del curioso detalle recién descubierto radica en que estaba allí desde hace 800 años, "siempre presente desde entonces, sin que nadie se hubiese dado cuenta".
La cara del demonio, para algunos “perfectamente visible por sus cuernos negros”, se encuentra en un ángulo en la vigésima escena de la vida de San Francisco, un fresco pintado por Giotto de Bondone (1267-1337) en 1290 para la basílica superior de Asís, en Perugia, Italia.
NUBES ALTERADAS
La medievalista y experta en la orden franciscana Chiara Frugoni se percató de su existencia mientras estudiaba todos los frescos de la basílica, proceso que le permitió sacar a la luz algunas inscripciones en los mismos hace algo más de un año.
La experta ha comentado que "el significado del descubrimiento está aún por profundizar". Sin embargo, el padre Fortunato ha adelantado una posible hipótesis: "En el Medievo se tenía la creencia de que en el cielo habitaban indistintamente ángeles y demonios. Los primeros, llevaban las almas de los justos al Paraíso; los segundos, atraían las de los condenados".
"Hasta ahora, se pensaba que el primer pintor que alteraba las nubes era Andrea Mantegna, que en su ‘San Sebastián’ de 1460 -conservado hoy en Viena- había mostrado en el fondo del cielo a un caballero que surge de una nube. Ahora, esta primacía de Mantegna ya no es tal", ha escrito la historiadora en un artículo citado por la página web del convento.
Fuentes: Efe
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