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Rescates posibles e imposibles

Wenceslao Calvo

 

Rescates posibles e imposibles

La bancarrota declarada a la que hemos llegado es de tal magnitud que necesitamos un rescatador.

08 DE SEPTIEMBRE DE 2011

En medio de los vaivenes y turbulencias económicas en las que mercados, monedas y bolsas andan sumidos ha aparecido una palabra de gran significación: Rescate. El rescate de algunas naciones europeas de menor entidad de la zona euro ya es un hecho, pero planea sobre otras naciones de mayor calibre, como son Italia y España . No obstante, todos los expertos se han apresurado a negar que vaya a haber rescate para estos dos países, lo cual es un mensaje ambivalente, porque puede significar tanto que no va a hacer falta ese rescate como que es un rescate imposible de efectuar.
Según el primer significado estaríamos ante un mensaje positivo y tranquilizador para la población, que ha pasado en cuestión de muy poco tiempo de vivir en el país donde “se ataban los perros con longanizas” a vivir en la incertidumbre más absoluta. Pero según el segundo significado nos encontraríamos ante un problema de tal envergadura y dimensión que no hay rescate humano que valga.
Siguiendo el segundo entendimiento del mensaje de que no habrá rescate para España e Italia, llegamos a la conclusión de que en economía hay contingencias rescatables y no rescatables. Son rescatables las que están dentro de unos límites determinados, es decir, si su tamaño es manejable por el rescatador; pero son no rescatables las que sobrepasan, por su dimensión, la capacidad de rescate que tiene el rescatador. Las economías de España e Italia entrarían en esta última categoría.
Otra cosa importante a tener en cuenta es que, incluso en el caso de que pudiera haber rescate, quien finalmente tiene que asumir sus costes son las naciones necesitadas del mismo. Es decir, que nos encontramos ante un préstamo con intereses que sirve solo para hacer frente a los pagos atrasados, pero que por sí mismo supone una nueva deuda, al tener que devolver el dinero prestado. Es decir, la solución es portadora en sí misma de un problema congénito. Pero así es la economía, donde nadie da algo por nada.
La palabra rescate tienen claras resonancias cristianas, ya que en definitiva el mensaje del evangelio es que los seres humanos estamos necesitados de rescate, a causa de la ruina espiritual y moral que el pecado ha producido en nosotros. Lo que pensábamos que podría hacernos auto-suficientes, en realidad solo nos hizo insolventes y he aquí que ahora no tenemos con qué pagar nuestra deuda.
La bancarrota declarada a la que hemos llegado es de tal magnitud que necesitamos un rescatador. Pero ahí está el quid de la cuestión. Si la bancarrota es universal ¿dónde está el rescatador que pueda y quiera sacarnos del hoyo en el que hemos quedado postrados? Porque aquí no ocurre como en el terreno económico, que hay naciones de economía más saneada que otras que pueden ser rescatadoras. El insoluble problema para el ser humano es que no hay ningún representante de su género que esté algo más saneado que los demás, para poder ejercer de rescatador. Por eso Juan lloraba mucho, porque no había nadie capaz de realizar tan descomunal obra [1] .
Pero lo que para los hombres es imposible es posible para Dios. De modo que el acreedor, viendo que nuestro destino era quedar alienados para siempre por el peso de nuestra deuda, se hizo cargo de la misma para que pudiéramos quedar libres de ella y de sus consecuencias. Para ello ese acreedor se hizo hombre y pagó personalmente todo lo que debíamos. Pero a diferencia de los rescates en la zona euro, este rescate no es un préstamo, sino un don.  Es decir, es un regalo; algo que procede de la gracia del acreedor hacia los deudores.
Además este rescate no solo se limita a saldar nuestra deuda, lo cual ya es más de lo que nunca podríamos imaginar, sino que lleva aparejado la concesión de una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible [2] , que es de carácter no terrenal sino celestial.
A diferencia de las deudas rescatables y no rescatables que hay en la zona euro, aquí estamos ante un Rescatador que es capaz de rescatar el caso más imposible que pueda haber, no habiendo nadie que pueda decir: “Soy un caso tan perdido que no hay solución para mí”.
¡Qué maravilla de rescate y qué maravilla de Rescatador!
Ahora que las naciones, incluso las grandes, se tambalean, es hora de hacer cuentas y llegar a la conclusión de que toda nuestra jactancia y engreimiento han sido puestos en evidencia y que al final lo que queda es nuestra mísera desnudez. Es tiempo de humillación y de reconocer que necesitamos un mejor rescatador y un mejor rescate. Italia y España, Europa en general, necesitan desesperadamente a Jesucristo.


[1]  Apocalipsis 5:2-4

[2]  1 Pedro 1:3

Autores: Wenceslao Calvo

©Protestante Digital 2011

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PASTOR ENTRE OS MINEIROS NO CHILE

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Resgatado 24º mineiro, que era "guia espiritual" do grupo

José Henríquez González, 54 anos, foi o 24º dos 33 mineradores soterrados desde o dia 5 de agosto a deixar a mina San José, em Copiapó (Chile), a bordo da cápsula Fênix 2 e chegar à superfície.

O mineiro é casado e tem duas filhas. Pastor evangélico, ele era considerado o guia espiritual do grupo.

Antes de José Henríquez González, foram resgatados Carlos Bugueño Alfaro, Samuel Ávalos, Yonni Barrios, Darío Segovia Rojo, Pablo Rojas Villacorta, Omar Reygadas, Daniel Herrera, Florencio Ávalos, Mario Sepúlveda Espinace, Juan Illanes, o boliviano Carlos Mamani, único estrangeiro do grupo, o jovem Jimmy Sánchez Lagues, o mais novo do grupo, com 19 anos, Osmán Araya, José Ojeda Vidal, Claudio Yañez Lagos, Mario Gómez Heredia, o mais velho dos trabalhadores presos na mina, Galleguillos Orellana, Edison Peña Villarroel, Carlos Barrios, Víctor Zamora Bugueño, Víctor Segóvia Rojas, Daniel Herrera, Omar Reygadas e Esteban Rojas. Os próximos a serem resgatados são Renán Ávalos Silva, Claudio Acuña Cortés e Franklin Lobos Ramírez.

Desmoronamento
Em 5 de agosto, um desmoronamento na mina San José, em Copiapó, deixou 33 trabalhadores presos em uma galeria a quase 700 m de profundidade. Após 17 dias, as equipes de resgate conseguiram contato com o grupo e descobriram que estavam todos vivos por meio de um bilhete enviado à superfície. A partir daí, começou a operação para retirá-los da mina em segurança.

Data: 14/10/2010 08:12:41
Fonte: Terra