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Nerón y sus amigos están entre nosotros

 

Obispo anglicano compara el asesino islámico del Rio de Janeiro a católicos y evangélicos pro vida.

Julio Severo

Satanás, el Supremo Acusador, fue el primero en levantarse con acusaciones contra los hijos de Dios.

Siglos más tarde, se levanta el demente emperador Nerón, quien ordena incendiar la ciudad de Roma y  atribuye toda la culpa a los cristianos.

Transcurren otros siglos y se levanta el satanista Karl Marx, un ex-protestante, culpando a Dios, a la familia y a los cristianos por todos los males do mundo.

Hoy el Supremo Acusador usa no solamente gente como Nerón y Marx sino  también individuos, nominalmente cristianos, que mientras alegan despreciar a Nerón, aman a Marx. Entre estos se encuentran líderes católicos y protestantes que utilizan el Evangelio de Jesucristo meramente como palanca para las ideas de Marx.

En las manos de ellos, el Reino de Dios es solamente una pantalla para un reino teocrático socialista, donde la ideología “reinista” determina que el evangelio reajustado a la imagen y semejanza de Karl Marx reine en este mundo.

Todo lo que se opone a la socialista agenda “reinista” se vuelve… apostasía.

Hasta la oposición cristiana a la agenda del aborto y de la sodomía atrae la ira de los socialistas; y sus fieles amantes católicos y protestantes prefieren alinearse con sus hermanos… ideológicos.

Cualquier crimen, por más lejano que esté de los creyentes en Cristo, se vuelve un pretexto para que viertan su venganza sobre los cristianos.

En el reciente episodio del hombre simpatizante del islamismo quien mató a varios alumnos de una escuela de Rio de Janeiro, un líder evangélico progresista (o “reinista”, o marxista, o socialista, o lo que quiera que utilicen como rótulo) comparó el  asesino  del Rio de Janeiro con los cristianos católicos y evangélicos que pelean en contra del aborto.

En otro texto, en su rutinario razonamiento contaminado por la malicia ideológica y adornado con la cobertura del “amor cristiano”, el evangélico “reinista”, un obispo anglicano, declara sobre el aborto:

“Quien cree, por ejemplo, que prohibiendo elaborto va a limitar el avance de esta práctica nefasta está equivocado. Las clínicas clandestinas agradecen cualquier intento de impedir que el aborto sea legalizado en el país”.

Viniendo de una persona común y corriente es una declaración irresponsable e insensata. Pero, viniendo de un obispo anglicano ¿se podrá decir que son palabras inocentes e inocuas?

Esta esquizofrénica gimnasia lingüística se parece a lo que el presidente Lula dijera en una ocasión: “Estoy en contra del aborto, mas a favor de su legalización”.

Esta esquizofrénica gimnasia lingüística la practica también Caio Fábio, quien afirma estar en contra del aborto, mas aconseja su práctica — incoherencia igualmente manifestada en las opiniones y consejos dados por él sobre la homosexualidad. No es coincidencia que ambos sean populares en el tabloide sensacionalista Genizah.

El punto clave es que el aborto planeado es homicidio. Mi amigo, el padre católico Luiz Carlos Lodi da Cruz, abogado y reconocido líder pro vida, comentó sobre la declaración del obispo anglicano: “La persona tiene un valor intrínseco, una dignidad por el simple hecho de ser una persona. La dignidad de la persona  humana es uno de los fundamentos de la República Federativa de Brasil (art. 1º, III, Constitución Federal). Así, lo que cuenta no es saber si el número global de abortos disminuirá por medio de su ‘legalización’. Lo que importa es saber si este ser humano en el vientre de una mujer estará o no protegido caso el  aborto sea ‘legalizado’.”

El evangélico “reinista” puede aun ser tentado a esconder sus intenciones; sin embargo, las obvias implicaciones de su razonamiento son fáciles de captar si aplicamos su propia “lógica” a otras situaciones igualmente terroríficas.

“Quien cree, por ejemplo, que prohibiendo lasviolaciones va a limitar el avance de estas prácticas nefastas está equivocado. Los violadores clandestinos agradecen cualquier intento de impedir que las violaciones sean legalizadas en el país”.

“Quien cree, por ejemplo, que prohibiendo elhomicidio va a limitar el avance de esta práctica nefasta está equivocado. Los asesinos clandestinos agradecen cualquier intento de impedir que el homicidio sea legalizado en el país”.

“Quien cree, por ejemplo, que prohibiendo lapedofilia va a limitar el avance de esta práctica nefasta está equivocado. Los pedófilos clandestinos agradecen cualquier intento de impedir que la pedofilia sea legalizada en el país”.

Detalladamente he refutado este tipo de pensamiento en mi artículo sobre una líder evangélica que atacó el activismo cristiano en contra del PLC 122 y  el “matrimonio” homosexual. Esta líder actualmente escribe, juntamente con él, en el  tabloide sensacionalista Genizah.

La incoherencia y la paradoja dominan las palabras del obispo anglicano, que aparentando estar en contra del aborto demuestra clara indiferencia a su legalización. En el mismo respiro muestra su favoritismo por las ideas marxistas y pretende no tener ninguna simpatía por Marx. Y en una carta de alegado amor cristiano pudo decir que no utiliza jergas, al mismo tiempo que insultó al filósofo Olavo de Carvalho. El evangélico “reinista” es medalla de plata en la categoría de la esquizofrénica gimnasia lingüística, perdiendo solamente para su colega Caio Fábio.

¿Y qué sobre o PLC 122, lo proyeto de leye federal anti-“homofobia” que amenaza la liberdad religiosa em Brasil? El obispo anglicano Hermes Fernandes se ríe de los cristianos que están peleando en contra de la agenda gay como si ellos estuviesen padeciendo de una paranoia.

No obstante, en su lugar yo estaría llorando. La Iglesia Anglicana se está auto socavando con el avance de la agenda gay en su medio, habiendo ya ordenado gays y lesbianas como obispos.  Y sus representantes más “conservadores”, como Robinson Cavalcanti, obispo anglicano brasileño, están en el fondo del pozo de las contradicciones.  Cavalcanti, por ejemplo, fundó el Movimiento Evangélico Progresista, que ayudó a colocar a Luiz Inacio Lula da Silva en el poder años pasados. A su vez, el presidente Lula colocó la agenda gay en un pedestal durante su gobierno. Hasta el final de su mandato, el presidente Lula, el campeón de los activistas gays y de los cristianos progresistas entregó numerosos regalos a los activistas gays.

Hoy el obispo Hermes mora en USA y es un ardiente defensor, con su típica y  esquizofrénica gimnasia lingüística, de Dilma Rousseff e Barack Obama, ambos adeptos de la religión marxista del aborto y de la sodomía. ¿Atribuir la culpa a  Dilma y Obama por el ascenso de esa religión en la sociedad brasileña y americana? Esto es algo que el obispo anglicano no sabe hacer. Él solamente ha sido adiestrado para echar la culpa en los cristianos conservadores.

Ellos — los evangélicos progressistas — han causado innumerables daños a la divulgación del Evangelio pervirtiéndolo y colocándolo al servicio de una ideología ajena a Cristo Jesús.  Cada intento de implantar un reino humano de esa ideología trajo la manifestación del reino de las tinieblas: masacres, genocidios, mentiras, destrucción y terrible persecución a los verdaderos seguidores de Jesucristo.

Cuando la sociedad es destruida por las llamas de su ideología, como Nerón los marxistas ya saben en quien echar la culpa: los cristianos conservadores pro vida y pro familia, quienes sufren igualmente los dedos incriminadores de católicos y evangélicos progresistas.

Si dijéramos que este es el espíritu de Nerón entre los cristianos, los “reinistas” prontamente lo negarían diciendo: “Preferimos a Rubens Alves!” o “PreferimosFreire Betto!” o “Preferimos cualquier otro descendiente religioso de Marx!” o en el estilo de la esquizofrénica gimnasia lingüística: “Preferimos lo mejor de todos ellos!”

¡No importa! ¡Al final todos son la misma y única cosa!