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Para los judios mesianicos, creer en Jesus no significa dejar de ser judios

Rabino Yosef Harvey Koelner

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Los judíos mesiánicos consideran que siguen siendo judíos y han ‘completado’ su fe al creer en Jesús.

 ESTADOS UNIDOS

Los judíos mesiánicos, aquellos que aceptan a Jesús como el Mesías -el ungido de Dios- forman comunidades en muchos países, incluyendo Israel, y se reúnen en las llamadas ‘sinagogas mesiánicas’.

Estados Unidos es uno de los países con comunidades mesiánicas más fuertes, de las cuales salen misioneros para otras partes del mundo. El rabino Yosef Harvey Koelner, de la sinagoga Beth Avinu, en Florida, explica que aunque su rito es muy parecido al tradicional, con lecturas y cánticos de la Biblia, la diferencia fundamental es que “los ortodoxos todavía están esperando al Mesías y no creen que Y’shua -como se llama a Jesús en hebreo- es el Mesías”.

Añade que los ortodoxos “creen que adorar a Y’shua como el Mesías es idolatría, porque su doctrina dice que un hombre no puede ser igual a Dios”.

El rabino hace referencia a que Jesús era judío y predicaba en las sinagogas, donde relataba sus parábolas y salía al paso de los desafíos que le presentaban los fariseos. La mayoría de los judíos de la época de Jesús no creyeron en él porque no vieron cumplirse las profecías tal como ellos las entendían: esperaban un rey que los liberara del yugo romano. Para ellos, Jesús es un personaje histórico, pero ni siquiera es un profeta, tal como lo reconocen los musulmanes.

FE COMPLETA
En el altar de la sinagoga está la Torá –en hebreo- y el Pentateuco, es decir, los cinco primeros libros de la Biblia, escritos por Moisés. El rabino Koelner explica que los judíos mesiánicos no se consideran cristianos, como el resto de denominaciones o grupos que siguen a Jesús, en el sentido de que siguen siendo judíos y han ‘completado’ su fe al creer en Jesús. “Al principio todos los creyentes eran judíos o gente que asistía a la sinagoga. El contexto del Nuevo Pacto -el Nuevo Testamento- es judío”, dice Koelner.

“Durante el primer siglo después de Cristo había mucho interés en el judaísmo en el mundo romano y muchos en las sinagogas estudiaban las escrituras hebreas”, señala el rabino. Se sabe que Pablo fue quien predicó el Evangelio a los gentiles, es decir, los no judíos.

El rabino explica que pronto la creencia en Jesús empezó a acomodarse a las circunstancias. El emperador Constantino, convertido al cristianismo, cambió el día de fiesta semanal “porque en el mundo romano había muchos paganos que adoraban a su dios el domingo, día del sol”. En esos tiempos, se impusieron reglas “para subyugar a los paganos” y convertirlos al cristianismo, afirma.

MANTENER LA CULTURA
 Creer en Jesús no significa para los mesiánicos cambiar de religión ni abandonar su cultura. “Como judíos mesiánicos es nuestro deseo mantener nuestra cultura, costumbres y creencias , y celebrar el Shabbat -el sábado, el día sagrado-, porque Y’shua dijo que vino a los corderos de la casa de Israel”, explica el rabino.

En su opinión, lo que ocurrió cuando se institucionalizó el cristianismo en Roma -el actual catolicismo- es comparable con el sincretismo religioso que se dio en América Latina con la llegada de los europeos, con lo cual santos y vírgenes tienen su equivalente en creencias indígenas o cultos africanos.

“Cuando yo era estudiante en México, había una iglesia católica sobre una colina, pero descubrieron que fue edificada sobre un templo azteca. Fue para subyugar a los indios, que continuaron adorando a su dios en el mismo lugar pero cambiando la forma de su templo. Casi en todos los países de Centro y Sudamérica hay una virgen, porque los dioses de los aztecas, mayas e incas los reemplazaban”, relata.
RECHAZO DE LOS ORTODOXOS
El judaísmo mesiánico no es reconocido por el judaísmo tradicional. La relación entre ellos es “de odio”, afirma con tristeza Koelner. Richard, uno de los feligreses de la sinagoga que él lidera en Florida, agrega: “No sólo no existe una relación, sino que hay mucha división: los ultraortodoxos no aceptan al resto de los judíos, que consideran ciudadanos de segunda clase”.

Koelner nació en Chicago y creció como judío ortodoxo. A los 19 años tuvo una experiencia espiritual que terminó haciéndolo creyente en Jesús y que años después lo llevó a formar parte del judaísmo mesiánico. Ha tenido la experiencia de vivir en Israel, país que considera su patria, pero uno de los problemas de los judíos mesiánicos es que en Israel no hay división entre Estado e Iglesia. “Según la ley rabínica soy judío, pero según la ley de inmigración no, porque cambié de religión y no tengo derecho a vivir en Israel automáticamente”.

“Es difícil, porque mi corazón está allá, es mi tierra. En EE.UU. me siento como pez fuera del agua. Estoy esperando el permiso del Ministerio del Interior desde 2008. ¿Por qué? Porque creo en Y’shua. Me duele mucho”, añade.

EL JUDAÍSMO MESIÁNICO
Esta fe como tal surgió en el siglo XIX en Londres como un movimiento judío-cristiano y paralelamente en Hungría, mientras que en 1915 se organizó en EE.UU. y en 1925 a nivel internacional. Para la década de 1960 se renovó en este último país con el nombre de judaísmo mesiánico.

La congregación en Florida, liderada por el rabino Koelne, está integrada por judíos ortodoxos que aceptaron a Jesús, israelíes, afroestadounidenses e hispanoamericanos, desencantados de la Iglesia católica, evangélicos y personas que están descubriendo sus raíces judaicas, que se remontan al descubrimiento de América.

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“En América Latina hay un interés tremendo, porque mucha gente está descubriendo sus raíces judías”, comenta, mostrando un libro con los apellidos españoles de origen sefardí, los judíos que fueron expulsados por los Reyes Católicos antes del primer viaje de Cristóbal Colón.
“Hay muchos libros sobre la historia de América Latina y se sabe que de judíos se mudaron al nuevo continente, al principio a Brasil y al norte de México y el Mar Caribe”, concluye.

Fuentes: BBC Mundo

© Protestante Digital 2012

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¿Qué Semana Santa para un cristiano?


Alfredo Pérez Alencart

 

¿Qué Semana Santa para un cristiano?

¡No gritemos su Nombre ahuecando su cadáver!

04 DE ABRIL DE 2012

Semana Santa, ¿una procesión de ayes como quien recoge antiguos pasos?, ¿acaso una retahíla de escenificaciones de cartón-piedra, desalmadas, pero exponiendo atavíos, tronando escandalosos metales o la exuberante pesantez que los espectadores esperan?
¿Y al otro lado, por el Evangelio, cómo el entusiasmo celebrante? ¿Sólo oración, sólo discursos pared adentro, sólo descanso para los huesos? ¿Acaso el salir al mundo sea vacacionar, sin mostrar los Hechos, las Epístolas? ¿Críticas feroces al otro miembro del Cuerpo? ¿Autocríticas pusilánimes hacia nosotros mismos? ¡Caramba!
Entonces cabe preguntar: ¿Cuántas barcas llegan a la orilla, tras larga singladura, con la Red llena de peces? Y más todavía: ¿Qué está pasando para que en este ahora ya casi no zarpen barcas? O también: ¿Por qué la Red no se usa ni para retener amorosamente a los peces que saltan dentro de las barcas?
Cristo está a lo largo y ancho de Todo lo posible, pues estar con Él resulta una dicha Espiritual cuyo futuro siempre está en el hoy y en el ayer. Pides Luz y, desde un panal enllamarado, nace un horizonte más despejado para ti; pides consuelo y dos manos atraviesan dos milenios para que, con un sudario recién lavado, limpien de lágrimas tu rostro de mortal creyente; pides un abrazo distinto de otros abrazos, y tras sublimes peripecias, el Cristo palmea un poco de sí en tal hombro necesitado.
Viernes Santo… Domingo de Resurrección… Espíritu que del milagro se levanta : todo se comprime en la vida verdadera, en la corpulenta marejada que palmea al viento para ya quedarse siempre, sin pedir permiso. Cristo está en la galaxia de nuestro ser, si somos seguidores suyos, si somos cristianos que reconcentramos la fuerza suprema de sus parábolas, cumpliéndolas al pie de la letra, sin gafas empañadas, sin predilecciones ni discriminaciones de alguna parte del Mensaje y del Ejemplo.
Lo otro es simulacro, idolatría, humo salmodiante donde lo negro prevalece, donde todo es señuelo para aparentar que se virgina la existencia, donde se procesiona embalsamando a un Rabí que no ha muerto.
Lo nuestro es recuperar el asombro: así no nos entusiasmará el mármol o el brillo del oro, esa otra faz de la idolatría que poco cuestionamos, y eso que hay evangélicos que procesionan en pos del dinero y demás prosperidades . El asombro, la generosidad: Así compartiremos las cosas sencillas de un Reino de profundas inocencias, un Reino que está más allá y más acá de la boca y la manzana.
Cristo empieza de ser llorado, alabado desde el amanecer hasta el nuevo amanecer: tambores, homilías, capirotes, indumentarias que semejan tiempos de temor, penitencias vanas… Semana Santa es el Tiempo entero, siempre con temperatura cristiana y sin robarle nada al congénere, sin contiendas al día siguiente del domingo, sin expulsar al extranjero que resucitó del mar y las pateras.
El Cristo nuestro está en el Pez (Ichtus), pues Jesucristo es el Hijo del Dios, nuestro Salvador. Así, con el símbolo del pez, se identificaban esos primeros creyentes perseguidos. Así me identifico yo, ayer, hoy y mañana. Así nos identificamos quienes partimos de la Escritura Sagrada y buscamos practicar el Evangelio. Cristo nos ama a destajo y desea que nuestro corazón se haga Gigante. Cristo camina por el mar , y camina por el huerto de nuestro ser, porque Él es Semilla de semillas. No juguemos a torcer en mil sentidos su Elemental mensaje, donde Dios y el prójimo se tienden las manos como dos enamorados.
¡No gritemos su Nombre ahuecando su cadáver!
¡No lo invoquemos con postizo gesto!
¡No desfalquemos la fe ni la virtud!
¡No caigamos en el luto enorme, contrapunto de la esperanza!
En cuanto a la parte que me toca, digo: Me vivificas (y viceversa) Hermano de flanco sangrante. Me ‘transfusionas’ (y viceversa) Amado galileo, Huésped mío agradecido (y viceversa).
Después de esta Semana, un Pez se viste de mendigo y te seguirá pidiendo que derroches Amor en otras manos pordioseras.
(*) Icthus III, óleo sobre tabla del pintor Miguel Elías, es propiedad del teólogo Samuel Escobar, pues la obra formó parte del “Premio Jorge Borrow de Difusión Bíblica 2011”, entregado en el Aula Unamuno de la Universidad de Salamanca.

Autores: Alfredo Pérez Alencart

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Cristianos evangélicos irán al infierno, según el Vaticano

Declaraciones en Zenit

 

Cristianos evangélicos irán al infierno, según el Vaticano

La Ciudad del Vaticano, en Roma

Sólo los sacerdotes católicos pueden perdonar los pecados, afirman.

17 DE MARZO DE 2012, ROMA

El infierno parece ser el destino inevitable de los cristianos protestantes o evangélicos, entre otros, según portavoces autorizados de la Iglesia Católica Romana (ICR).
En una nueva vuelta de tuerca para reafirmar la vigencia de doctrinas y prácticas de las más cerradas épocas del catolicismo romano ahora se reafirma la posición de que los pecados solamente pueden ser remitidos por los sacerdotes de la propia ICR .
Eso significa que quien no pasa por el perdón de los sacerdotes consagrados por el Vaticano no se salvarán del infierno.
Esto es lo que explica la agencia de noticias Zenit, con sede en el Vaticano, al publicar un reportaje realizado por José Antonio Varela Vidal al padre dominico Hernán Jiménez, confesor en Santa María la Mayor de Roma . María la Mayor es uno de los llamados cuatro templos papales encargados para el rito de la confesión. Según una antigua tradición se le confió a la orden dominica esa responsabilidad.
En una parte de la entrevista se produce el siguiente diálogo.
Varela Vidal:  ¿Existe acaso la confesión "directa con Dios", tal como argumentan algunos? ¿Cuál es la diferencia de esa práctica con el sacramento de la Reconciliación?
P. Jiménez : Con Dios hay una comunicación directa con la oración y la meditación interior, pero nunca la remisión de los pecados. Según el mandato del Señor, solamente los apóstoles y sus sucesores, los sacerdotes, lo hacen .
Varela Vidal:  ¿Cuál es la base bíblica del perdón de los pecados ejercida por un sacerdote frente a un penitente? ¿Él actúa en nombre de Dios o lo hace por su propio poder de consagrado?
P. Jiménez : La base la encontramos en los Evangelios, en Juan 20, 22-23. El sacerdote actúa en el nombre de Dios y lo hace por el mandato de la Iglesia que recibe en la ordenación sacerdotal. El sacerdote remite todo pecado con la formula: “… en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”
A esa afirmación de Jiménez debe agregarse que no la hace por cuenta propia sino que está avalada por su orden y por las autoridades de la jerarquía vaticana.
Por otro lado la entrevista se hizo dentro del contexto de la reciente declaración del Papa quien, según el periodista Varela Vidal, “insistió en que la nueva evangelización parte también del confesionario” Una afirmación que tiene enormes connotaciones pues Benedicto XVI no habla de que la nueva evangelización parte de “la confesión” del penitente, sino del “confesionario” .
En la ICR el “confesionario” es el lugar más productivo para la sumisión de los “penitentes”, término oficial del catolicismo romano para las personas que acuden al confesionario para pedir el perdón de sus pecados. Si de ahí parte la denominada “nueva evangelización” según el papado, a todas luces, se insiste en reafirmar el pasado.

Fuentes: Agencia de Noticias Prensa Ecuménica

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Tags: no católicos infierno, Vaticano, Iglesia católica, sacerdotes, confesión