¿Reconstruir o preservar?
Expertos decidirán en mayo pros y contras del futuro de la tumba del autor de la matanza de los niños de Belén.
16 DE FEBRERO DE 2012, JERUSALÉN
La tumba del rey Herodes ha reabierto en Israel el viejo debate sobre si los restos de la antigüedad deben ser reconstruidos con fines turísticos o, por el contrario, preservados en las condiciones en las que fueron hallados como testimonio de la historia. De momento, se ha creado una comisión de expertos que se reunirá en mayo para estudiar todos los argumentos a favor y en contra.
La polémica la ha desatado un plan de la Autoridad Nacional de Parques y Reservas Naturales de Israel y del Consejo Regional del asentamiento de Gush Etzión para reconstruir la tumba del histórico monarca de Judea, que se encuentra actualmente en territorio palestino ocupado.
El proyecto consiste en la recuperación del mausoleo que hace dos mil años se alzaba sobre el lugar de reposo de Herodes el Grande (73 a.C.-4.d.C.), en un yacimiento arqueológico conocido como Herodión
"Hay mucha gente que no entiende la fuerza que tuvo la civilización antigua, la gente no tiene la capacidad de imaginar lo que había cuando ve un montón de piedras y mucho menos una torre de 15 o 20 metros. Yo creo que les podemos ofrecer esa visión", argumenta Shaul Goldstein, uno de sus promotores.
En cambio Haim Goldfus, de la Universidad Ben Gurión del Negev, ha apelado la decisión al considerarla ‘improcedente’, porque la reconstrucción, "por muy fehaciente que se haga, sólo distraerá al visitante de lo verdaderamente auténtico".
El rey Herodes, el de la matanza de los niños inocentes, reinó del 37 a.C. hasta su muerte el año 4 d.C., fue uno de los principales arquitectos de la región. Grandes palacios como el de Masada, ciudades como la de Cesarea Marítima, monumentos y centros públicos son algunos de las iniciativas que sacó adelante junto a su obra maestra: el segundo templo de Jerusalén.
NO HAY RESPUESTA HASTA MAYO
Goldstein, jefe de la Dirección de Parques y Reservas Naturales de Israel, quiere recrear la tumba a su tamaño original de 25 metros de alto con materiales -dice- ‘desarmables’, en lugar de la tradicional piedra beige típica de Jerusalén que se empleó hace dos milenios y hoy visible en la mayoría de los edificios de la ciudad . "Sería de yeso y metal, desmontable en un solo día", dice al defender el proyecto, objeto de duras críticas por los arqueólogos.
"La pregunta de preservar o reconstruir no tiene una respuesta clara e indiscutible entre todos los arqueólogos, pero en el caso particular del Herodión creo que hay suficientes restos como para no agregarle cosas", sostiene Haim Goldfus.
Sólo después de que se reúna la comisión de expertos en mayo, la Dirección de Parques resolverá si la tumba, la gran piscina a sus pies y la fortaleza a sus espaldas, se convertirán en un centro turístico incorporado al itinerario de las grandes construcciones del monarca.
Fuentes: Efe
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