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Pedro y sus palabras de Buenas Noticias

Wenceslao Calvo

Las 7 palabras de Pedro (7)

Pedro y sus palabras de Buenas Noticias

La soberanía de Dios y la libertad humana, una junta a la otra, convergen en la cruz.

 

Aquella mañana Pedro se puso en pie delante de la multitud, arremolinada ante el aposento alto a causa del prodigio que se estaba produciendo; el hombre que se planta ante ellos es aquel pescador al que unos años atrás llamara Jesús para convertirlo en pescador de hombres.

En un sentido es la misma persona, su acento, su fisonomía, sus gestos, pero en otro, es alguien totalmente diferente. La autoridad con la que habla no se debe a la fuerza de su carácter, aquella que en otras ocasiones le jugara malas pasadas. La sabiduría contenida en su discurso no la ha aprendido en ninguna escuela de retórica ni es la sabiduría humana que desplegó anteriormente. La teología que penetra sus palabras es auténtica teología, esto es, ciencia de Dios, que no se aprende en ningún aula de clase.

¿Qué ha pasado para que un cambio así haya ocurrido?  ¿Cuál es la explicación que da cuenta de esta transformación? El suceso que acababa de acontecer es la respuesta a esas preguntas. El Espíritu Santo se ha apoderado de este hombre y, de pronto, todo lo que hasta entonces era un enigma incomprensible se ha hecho diáfano como la luz del día. Las antiguas profecías y los acontecimientos de los que él ha sido testigo se corresponden entre sí como anuncio y cumplimiento; el mismo prodigio que ha provocado el asombro de la multitud es la promesa que durante siglos había estado aletargada en las páginas de Joel. De repente, todo adquiere sentido y cada una de las piezas encaja perfectamente en su lugar. De ahí el denuedo con el que se levanta y se pone a predicar.

‘…A éste entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por mano de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.’ [i]

Este pescador comprende ahora que lo que antes él estimó como aborrecible e incomprensible, incompatible con el propósito de Dios, obedece precisamente a tal propósito . El rechazo, la entrega y la muerte de Jesús no son producto de la casualidad ni de la mala suerte; no se trata de un accidente fortuito de la historia, ni tampoco el resultado de una conjura humana.

Hay un plan divino, perfecto hasta en sus más mínimos detalles, detrás de todos los acontecimientos. La cruz no es la expresión de algo que se ha malogrado, ni es el fracaso de un proyecto. Ni siquiera es la voluntad permisiva de Dios. La cruz es la voluntad perfecta de Dios. Existió, no porque Dios permitió o consintió que así fuera, sino que existió porque Dios quiso que así fuese.

La frase ‘el determinado consejo’ no deja lugar a dudas de que en el centro del corazón y la mente de Dios estaba la cruz . Pero no solamente estaba en su designio teórico, también en su voluntad omnipotente; porque una cosa es lo que se planifica y otra lo que se hace; una cosa es lo que se quiere y otra lo que se puede. Pero en Dios y en su plan sobre la cruz, lo que quiere y lo que puede coinciden plenamente, ya que quiere que la cruz exista y mediante su voluntad va a hacer que sea realidad.

La cruz no es el fruto de una contingencia que a Dios se le presentó inesperadamente, producto de un obstáculo maquinado por los hombres en un momento determinado para arruinar sus planes y ante el cual tuvo que intervenir de forma precipitada. Más bien, es algo que en su presciencia ya conoció desde antes de la fundación del mundo. No hay sorpresas. Nada le pilla a contrapié. Todo está perfectamente sincronizado.

Ahora bien, todo esto no quiere decir que los hombres que participaron por activa o por pasiva en la crucifixión de Jesús fueran marionetas sin voluntad en manos invisibles . Aquel musical de los años setenta titulado Jesucristo Superstar  quiso presentar de esta manera a Judas Iscariote, como alguien abocado a hacer lo que hizo y por tanto víctima de una fuerza superior y exento de responsabilidad. Pero la falsedad de este planteamiento ya la desmontó Pedro veinte siglos antes, al afirmar que fueron ‘manos de inicuos’ las que crucificaron a Jesús. No manos irremediablemente teledirigidas para cometer aquel crimen, sino manos movidas por la malvada voluntad de sus dueños.

Es decir, la soberanía de Dios y la libertad humana, una junta a la otra, convergen en la cruz . La cruz es el resultado de la sabiduría, poder y amor de Dios; y la cruz es la consecuencia de la maldad y perversidad de los hombres. En la cruz concurre lo que Dios quiere y lo que los hombres quieren, estando la diferencia en la motivación.
La motivación de Dios es la salvación de muchos; la motivación de los hombres es la destrucción de Jesús. Y Dios usará la libre motivación de los hombres para cumplir su soberana motivación.

Todo esto es lo que Pedro, el pescador transformado, proclama ante aquella multitud que le escucha atónita. Es la palabra del evangelio, la palabra de la cruz. Una palabra que nos confronta con nuestra responsabilidad. Pero también una palabra de vida y salvación para entonces, para ahora y para siempre .


[i]  Hechos 2:23-24

Autores: Wenceslao Calvo

©Protestante Digital

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Rev. Ângelo Medrado, Bacharel em Teologia, Doutor em Novo Testamento, referendado pela International Ministry Of Restoration-USA e Multiuniversidade Cristocêntrica é presidente do site Primeira Igreja Virtual do Brasil e da Igreja Batista da Restauração de Vidas em Brasília DF., ex-maçon, autor de diversos livros entre eles: Maçonaria e Cristianismo, O cristão e a Maçonaria,A Religião do antiCristo, Vendas alto nível, com análise transacional e Comportamento Gerencial.

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El Evangelio según Los Simpson

 

El Evangelio según Los Simpson

El Reverendo Lovejoy es un claro representante de lo peor de la religión organizada

06 DE DICIEMBRE DE 2011

Después de tantos años, Los Simpson siguen siendo el programa de televisión más visto en todo el mundo. Su filosofía es ahora objeto de estudio en muchas universidades . El libro del periodista judío Mark A. Pinsky, El evangelio según Los Simpson , investiga la dimensión religiosa de esta serie animada . La obra fue traducida a nuestro idioma por la editorial mexicana Selector en 2010.
Este título pertenece a una popular serie de libros en lengua inglesa, que publica una editorial protestante llamada Westminster-John Knox , que tiene una amplia distribución general en Estados Unidos. La colección comenzó en 1965 con la obra de un pastor evangélico presbiteriano fallecido hace dos años, Robert L. Short (1932-2009). Su libro The Gospel According to Peanuts  comentaba las tiras cómicas en periódicos de personajes como Charlie Brown o Snoopy, que hacía un dibujante llamado Schulz (1922-2000), perteneciente a una de las denominaciones pentecostales americanas que lleva el nombre de Iglesia de Dios.
El siguiente libro más conocido de la serie es tal vez El evangelio según los Simpson , que tuvo una gran repercusión en los medios de comunicación norteamericanos. Su autor es un periodista judío que ha trabajado para el Ejército israelí y está especializado en información religiosa. Aunque no es cristiano, Pinsky conoce muy bien a los evangélicos , sobre los que ha escrito un libro mostrando la complejidad y pluralidad de este movimiento. Tiene otro título en esta colección sobre El evangelio según Disney, que no ha sido todavía traducido al castellano.
INTERESANTE SERIE
El único volumen de esta serie que se ha publicado en España es El Evangelio según Hollywood, escrito por Greg Garrett, un profesor episcopal de la universidad protestante más importante de Estados Unidos –Baylor, un centro de origen bautista que hay en Waco, Texas–. La obra traducida por la editorial católica Sal Terrae en Santander el año 2008, es la única que hay disponible en nuestro país de un catálogo que abarca estudios sobre El Evangelio según América , Bruce Springsteen , Harry Potter, Oprah , la ciencia ficción , Star Wars, los Beatles o Tolkien .
Es cierto que no todos los escritores son siempre evangélicos en el sentido conservador del término –ya que hay judíos como Pinsky, pero también unitarios universalistas como Symynkywicz, que escribió un libro sobre Springsteen–, pero hay títulos con mucha claridad sobre la fe cristiana –como el del británico Steve Turner acerca de los Beatles –, que merecerían ser traducidos al castellano.
IMAGEN PROVOCATIVA
FOTO - SIMPSON 1  Cuando el creador de Los Simpson , Matt Groening, era boy-scout , cuenta en una entrevista que robó una Biblia de la habitación de un hotel, y subrayó todo aquello que le parecía sucio. Cuando lo descubrió su jefe de exploradores, Groening dijo que para aplacar su furia le contó que había dicho a Dios: "Sé que me perdonarás por no creer en Ti". La imagen provocativa de esta serie de animación contrasta con sus continuas referencias a la iglesia, la oración y la Biblia. Pero ¿en qué consiste el evangelio según Los Simpson ?
Para entender el Evangelio según Los Simpson  hay que darse cuenta que abarca desde la sanidad por fe hasta las misiones, pasando por el unitarismo o los parques de atracciones cristianos. Esta curiosa mezcla de fascinación y sospecha está muy bien reflejada en los dos personajes que representan más claramente la religión en la serie: Ned Flanders y el Reverendo Lovejoy…
¿SAN FLANDERS?
Flanders es un irritante evangélico que vive al lado de los Simpson. A pesar de ser algo reprimido (“di cualquier cosa, que no lo habré hecho”), y a menudo fanático (“yo guardo hasta la comida kosher , por si acaso”), Ned es un verdadero cristiano , que muestra su fe por sus obras. Homer le describió una vez como alguien “más santo que Jesús”. El Reverendo Lovejoy es, sin embargo, un pastor que representa casi todas las denominaciones  en su Primera Iglesia de Springfield, donde van los Flanders, los Simpson, y casi todo el pueblo. Tiene el aspecto pomposo y sedante de un tele-evangelista del valium . Su fundamentalismo es a veces incendiario (“la ciencia ha fracasado de nuevo ante las aplastantes evidencias de la religión”), pero otras frío y profesional (“hago lo que puedo con un material como éste”). Homer le ha descrito en una ocasión como “el tipo que da esos sermones en la iglesia, capitán cómo-se-llame”…
FOTO - SIMPSON 1 A  Cuando, en un episodio, Flanders tiene que adoptar a los hijos de los Simpson, descubre que todavía no han sido bautizados, por lo que llama angustiado al Reverendo. Éste, irritado por haber sido molestado cuando estaba disfrutando de sus trenes en miniatura, responde con desprecio: “Ned, ¿has pensado en alguna de las otras principales religiones? Son prácticamente lo mismo”. Inmediatamente su tren se estrella, soltando humo. Ned coloca entonces un cartel en la puerta que dice “nos hemos ido a bautizar”, y se dirige al río. Allí los niños son finalmente “rescatados” por Homer, que logra evitar que el agua caiga de un cáliz dorado. Aunque el intento de Ned de un bautismo forzado es poco admirable, sin embargo, es interesante que su sinceridad nunca se pone en cuestión. Es una persona auténtica, que a veces se muestra fuerte, pero también tiene sus debilidades…
El Reverendo Lovejoy, sin embargo,  es un claro representante de lo peor de la religión organizada . Su fe es algo nominal y vacío. Se enorgullece de haber vuelto a poner la maqueta en el vestíbulo de la iglesia, como uno de sus grandes actos de fe. Y cuando un cometaFOTO - SIMPSON 2 

amenaza destruir Springfield, Homer se lamenta diciendo: “En momentos así me gustaría que fuera un hombre religioso”. Pero el Reverendo corre histérico por la calle, gritando: “¡Se acaba todo!, ¡ya no hay más rezos!”. Sin embargo, Ned ha construido un refugio al que invita a todo el pueblo. Y cuando está tan lleno que no se puede cerrar la puerta, se ofrece como mártir. Le dice entonces a su hijo: “Si me vuelvo loco de miedo, quiero que dispares a papá si intenta volver adentro”. La gente sale entonces avergonzada, y lo único que destruye el cometa es el refugio…
LA OFENSA DE LA CRUZ
Para uno de los autores de Los Simpson , Steve Tompkins, “la calidad del humor está en proporción indirecta con las verdaderas creencias de la persona”. Ya que “cuánto más se muestren, menos divertido resulta”. Su papel es provocar, dice Mark Pinsky –el escritor de este libro, que ha grabado todos los episodios de la serie y mantenido entrevistas con varios de sus autores–. Uno de ellos, Al Jean, dice que se considera “alguien que cree en las enseñanzas de Jesucristo, pero no es un gran aficionado de la religión organizada”. Él comenzó a trabajar en la serie en 1989, por lo que ha escrito con Reiss más de doscientos episodios. “Desde muy temprano mostramos a los personajes yendo a la iglesia”, dice. Pero “la gente es muy sensible con estas cosas”, por lo que evitan siempre las imágenes de Cristo, sobre todo en la cruz.
Marge dice a los niños que deben ir a la iglesia para “aprender moral y decencia”. Así sabrán “cómo amar a su prójimo”. Pero la escena siguiente muestra al Reverendo en el púlpito con una cita apócrifa del Antiguo Testamento, llena de violencia sangrienta. Ya que el evangelio según Los Simpson  es eso: la necesidad de vivir en paz y amor con tus vecinos… Pero la realidad es otra. Y es ahí de donde parte el verdadero Evangelio. No de bonitos deseos y buenas obras, sino de la impotencia del hecho de que no podemos vivir como debiéramos.
El cristianismo no consiste por lo tanto en los sacrificios de Flanders, ni en la vida cómoda del Reverendo, sino en el sacrificio que Cristo hizo una vez y para siempre. Esa es la única buena obra que nos salva. Por lo que no se trata de ser buenos, sino nuevos.  Y eso es algo que sólo el Espíritu de Dios puede hacer por medio de nuestra confianza en la justicia de otro, Cristo Jesús, que llevó nuestras contradicciones bajo el peso de esa cruz que no pueden mostrar Los Simpson , porque su mensaje sigue siendo demasiado ofensivo.

Autores: José de Segovia Barrón

©Protestante Digital 2011

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La ventana 10/40 se abre al mundo

Mario Escobar Golderos

 

La ventana 10/40 se abre al mundo

Hace unos diez años se hizo muy famoso entre los cristianos la idea de la Ventana 10/40.

6 de mayo de 2011

En ella se situaban geográficamente la mayoría de los países musulmanes. Una década después se está produciendo la mayor transformación social y política de su historia.
Algunos analistas han comparado esta época con las revoluciones que se extendieron en 1848 por todo el mundo. Desde París nació un movimiento revolucionario que cambió la faz de Europa. El fenómeno de los países árabes en el 2011 parece muy alejado de las reivindicaciones de mediados del siglo XIX.
El milenio comenzó con la destrucción de las Torres Gemelas y la sospecha de extremismo y terrorismo en todos los países musulmanes. La guerra de Afganistán e Irak aumentaron aún más la brecha entre Oriente y Occidente. Aunque la dependencia económica mantuvo algunos lazos de unión.
Occidente miraba a otro lado a la hora de denunciar la falta de libertad en países como Arabia Saudita, a cambio de que el petróleo siguiera fluyendo. La mayoría de estos países prohibían la predicación del Evangelio, encerraban a los árabes que se convertían y vulneraba hasta los derechos de cristianos autóctonos que aún aguantaban la presión.
Las viejas dictaduras árabes, según creían muchos el único medio de estabilizar la región, se daban en herencia como si se tratara de una posesión más. Nadie parecía preocupado ante la violación de derechos humanos o religiosos. El único país en el punto de mira era Irán por su programa nuclear.
Tras las elecciones en Teherán y los disturbios del 2010, una nueva corriente popular comenzaba a extenderse por el Mundo Árabe. Una nueva generación más formada, con acceso a la información por los móviles e Internet, quería más libertad y protagonismo. La crisis había dejado a miles de jóvenes sin futuro, sin derecho a opinar y condenados a mal vivir en sus países.
La Crisis Económica agravó más las cosas. El alza de los precios, el aumento del paro y la corrupción política llevaron a los estudiantes a las huelgas.
Túnez, Egipto, Libia Siria, Bahréin, Irán y Yemen han vivido diferentes situaciones, pero con un elemento común: las reivindicaciones de libertad.
¿Quién está detrás de las protestas y cómo afectará esto a la libertad religiosa?
Desde hace unos años la situación de los cristianos en Oriente Próximo y el Norte de África ha empeorado. Se ha identificado al Cristianismo con los ejércitos invasores de la Guerra de Irak y en muchos países las minorías cristianas han tenido que emigrar. Es el caso de los cristianos en Irán, Irak o Palestina.
Antes de las revueltas en Egipto, los enfrentamientos entre Coptos (minoría cristiana milenaria) y musulmanes se habían intensificado. En medio de las protestas muchos cristianos se unieron a los musulmanes creyendo que “la revolución” les traería más libertad. Semanas más tarde se volvían a quemar iglesias en Egipto y casi medio centenar de cristianos morían a manos de extremistas musulmanes.
No sabemos hacia dónde llevará esta nueva revolución. Esperemos que no hacia el modelo de Irán. Lo que sí es cierto es que los países de mayoría cristiana tienen que defender las libertades en los países musulmanes y la libertad de cultos. Los musulmanes en occidente no pueden estar callados ante la falta de libertad religiosa en sus países y exigir hasta terrenos y edificios en España.
No sabemos si la revuelta es absolutamente popular o quién tomará el poder tras las revueltas. Los Hermanos Musulmanes en Egipto y otros grupos radicales son los grupos más organizados, pero también defienden la extensión de la Sharia.
Lo único que podemos hacer como cristianos es orar por estos países y seguir enviando a personas que anuncien el Evangelio. Durante cuatro siglos el Cristianismo fue perseguido en el Imperio Romana y eso no le impidió triunfar al fin.
La ventana 10/40 se está abriendo. Esperemos que el Evangelio llegue hasta el último rincón de esta tierra tan necesitada de paz, libertad y Dios.
Publicado en la revista Kerygma

Autores: Mario Escobar Golderos

© Protestante Digital 2011