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De Jerusalén al papado

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Emilio Monjo Bellido

 

Ética cristiana en el mundo (6)

De Jerusalén al papado

En medio de la Jerusalén terrena, con su Estado y su Templo, aparece la celestial, con su cruz.

24 de julio de 2011

La terrena no ha podido responder a la presencia del Mesías Santo sino culpándolo y sacándolo fuera, desacralizando su persona, obra y discurso. El Estado y el Templo contra la cruz. [Como hay gente para todo, en la actualidad algunos quieren de nuevo reconstruir ese Estado y Templo sin la cruz.] Esa Jerusalén, también llamada “Egipto” y “Babilonia”, tiene que abrir las puertas para que salga, como siglos atrás en Egipto, el pueblo libre con su Libertador. Se opone, persigue, mata; pero es inútil, “las puertas del infierno no prevalecen”. La tumba que presentó como la imagen de su triunfo, ahora, abierta, es la puerta de su condenación y juicio. Condenación y juicio para el Estado y el Templo, para el rey, el escriba y el sacerdote, porque el Rey, Profeta y Sacerdote ha vencido: dio su vida y la tomó, ahora está para siempre con su pueblo, y su pueblo en él.
El pueblo del Mesías, el Cristo, los cristianos, no son llevados a una nueva tierra prometida. Se les ha prometido ser nuevos hombres, nueva creación, donde están. No necesitan una tierra especial para ser libres, lo son, con independencia de la tierra o costumbres en las que tengan que vivir.
Viven su ética en el mundo. No ha recibido leyes rituales, ni una. En el Nuevo Testamento no hay ni una sola regla litúrgica. Ni siquiera para celebrar el bautismo y la “santa cena”. Tenemos disposiciones para evitar abusos, pero no reglas rituales. ¡Libres hasta en eso! Algunos, muchos, ven la nueva situación con gran disgusto. Prefieren la liturgia del Templo, diezmar el comino y la menta; no quieren una calle libre para caminar, sino una procesión. La ética cristiana, libre, en el mundo, pesa, requiere responsabilidad. Se prefiere el camino “más ligero” de las ordenanzas y formas rituales : “cumplir” con el rito, en vez de tener que decidir sobre cuestiones, libre, responsablemente, para cumplir así la ley bíblica. Que cada uno elija: pero la libertad sólo tiene el peso de la responsabilidad, es el “peso” de la vida, son una misma cosa; pero el ritual tiene el peso de las cadenas de la esclavitud, tiene la “suavidad” de la muerte. ¡Sólo los muertos elijen la muerte!
El pueblo del Mesías ha salido “fuera del campamento”, lleva su vituperio, está clavado en la cruz con su Señor, muerto, enterrado, resucitado. Pero no está solo. Le acompaña su pecaminosidad, su ignorancia, su condición humana. Tendrá problemas. Está, además, rodeado de falsos mesías, falsos cristos, falsos hermanos, falsos caminos de salvación, falsos espíritus. Tendrá problemas.
Una parte de ese pueblo, durante un poco de tiempo, como judío, vive en Jerusalén, participa de los ritos del Templo, “hasta que vean la ciudad rodeada de ejércitos”. Entonces huyen, salen, ni uno solo se pierde. Ya no hay Estado ni Templo: un Estado impresionante, un Imperio (vaya, todo un mapa) los liquida. Otra parte de ese pueblo, de toda raza, lengua o nación, vive durante mucho tiempo en medio de ese Imperio. Algunos son, incluso, ciudadanos de él. Tienen sus privilegios. Cada cristiano tiene su “ciudadanía” en el cielo, pero son también ciudadanos en la tierra. Bueno, realmente hay de todo. Unos son ciudadanos, otros ni eso, son esclavos o expatriados. No importa, todos tienen la misma salvación, por todos se ha pagado el mismo rescate, todos son “ovejas” de un solo rebaño (aunque haya variados “rediles”), todos tienen el mismo Pastor, todos son reyes y sacerdotes.
Caminemos con ese pueblo por la Historia, al menos, señalando algunos puntos, hasta encontrarnos [será, d. v., en el próximo artículo] en el tiempo de la Reforma Protestante, para ver cómo gestionan allí la realidad del Estado.  Mientras tanto la historia se repite. Penoso, previsible. El pueblo quiere marcar él las reglas de la justicia, la verdad y su futuro. Su Dios, el Cristo, les vale como Salvador, pero sometido a su dictado. Un Señor para que “señoree” según el criterio de los nuevos señores. Lo peor es que ya no se rebelan contra Moisés y sus ordenanzas, que había recibido de Dios, y que fue ejemplo de fidelidad por “hacer todo como se le mandó”, sino contra quien dio las ordenanzas a Moisés, el Cristo. No va ahora con su pueblo en el símbolo, sino en su realidad: vive en medio de ellos. Pero el pueblo otra vez fabrica becerros de oro. Ya no necesitan sacerdotes, cada uno lo es para ofrecer sacrificios de alabanza a su Señor, pero ellos fabrican sacerdotes, santuarios, supersticiones de todo tipo. Y a eso llaman “el Dios que nos liberó”, el Cristo crucificado, un Cristo a merced del gusto y necesidad del pueblo.
No hemos ni siquiera salido de las páginas del Nuevo Testamento y ya tenemos tantos puntos que anotar: iglesias corrompidas y corruptoras, falsos pastores, cada uno buscando lo suyo propio, “no recibiendo a los hermanos”, “recibiendo a los que traen otra doctrina”, avisos de juicios del Señor, ¡y eso cuando estaban aún los apóstoles con sus señales y prodigios! Salimos de esas páginas y nos damos de lleno con el Imperio que antes incluso protegió a ese pueblo, pero ahora lo persigue como a enemigo político. Su proclama de que Cristo es el “Señor” supone un golpe al corazón mismo del Imperio. Muchos dan su vida fielmente, otros, con esa fidelidad, dan a los demás sus propias supersticiones: ya están gestándose los “santos”, los que tienen un mérito especial. Algunos de mente perturbada buscan el martirio como camino infalible a la salvación. Tanto fiel testimonio; tanta superstición; todo junto. Ya no se puede parar el proceso de corrupción. El propio Imperio toma al cristianismo como el soporte “político” de su supervivencia. El Imperio no cambia su naturaleza; el César es también Pontífice Máximo: lo que llamaríamos hoy “Iglesia” o “Estado”, en ese momento, desde siglos atrás, son una misma cosa. El “sacerdocio” y el “imperio” están en la misma mano. Con la aceptación (tolerancia) del cristianismo primero, y luego con su adopción como religión oficial, no cambia nada en el Imperio, pero sí en el cristianismo. Ahora será la “cristiandad”, un concepto pagano propio de asumir su condición imperial con una nueva expresión religiosa.
Se persigue a los que no siguen la “ortodoxia”. Se derrama sangre en nombre de la cristiandad. Agustín lo permite, Cipriano lo reclama. Ya camina el hombre de pecado, el hijo de perdición.  El “testimonio” del cristianismo ya no es la palabra de perdón en la cruz, ahora es la espada, la coraza, la maza, el poder, los “signos imperiales”. Las supersticiones han suplantado a la Escritura. Es verdad que “el Señor se ha reservado” siempre un resto, también en este tiempo, pero Elías volvería a ver sólo apostasía. Ya ha nacido el papado, gatea, juguetea. Ha crecido. La corona y el altar (¡otra vez el altar! ¿Pero no hizo Cristo con una sola ofrenda una obra perfecta para siempre?), el poder del Templo y del Estado otra vez de la mano.
El poder y la fuerza unen, eso dicen; también separan. El Imperio se divide: Occidente, Oriente; también la “cristiandad”.  Las invasiones rompen la “cáscara” del Imperio (ya no quedaba mucho más), pero dejan el corazón intacto en la presencia de lo que ya se anuncia como iglesia papal. Tras un tiempo de caos y derribo de las fachadas, el papado se afirma como el nuevo imperio . [Si Pedro no pisó Roma, se lo coloca allí como obispo durante 25 años y solucionado. Si hace falta algún terreno, se le pide a Constantino que “done” lo que se necesite.] Se trata de una construcción mitad política, mitad religiosa. La corona y la tiara tienen un mismo cordón umbilical. Las ha engendrado un cristianismo corrompido. En otro terreno corrompido por el cristianismo ha surgido otro “imperio”, también con un mismo cordón entre “corona” y “sacerdocio”: el Islam. ¿Y los cristianos? ¿Y el rebaño del Pastor? Queda siempre una raíz, un resto escogido por gracia. Pero todo está muy mal. Casi ni se les ve. Tal como no se ve por ningún lado a Cristo, tampoco a su pueblo. Siempre es así (también hoy). [Cuando se ve a mucho pueblo “cristiano” y poco Cristo, mal asunto.] Los teólogos se dedican a justificar los intereses de sus señores. El papa tiene a los suyos, igual que los tiene la corona. ¿Quién debe tener supremacía? Es la historia de los intereses mezquinos de uno y otros. ¡Cuántos episodios de guerras abiertas entre la corona y la tiara!
Al final son la misma cosa, pero se pelean a menudo. Una Triple Corona (es el símbolo de la iglesia papal), dominio sobre la iglesia allí [que ellos digan dónde], aquí, y sobre todos los reyes de la tierra. Un Imperio con todos los ingredientes. Otro: el Sacro Romano (Germánico). A ver quien se sirve de quién. El Emperador tiene jurisdicción sobre el nombramiento de un papa. El papa tiene jurisdicción para poner o quitar Emperador.  A ver quien le da la silla a los obispos. Y los diezmos, ¿para quién? Y el pueblo, otra vez, como ovejas que no tienen pastor. Hagamos una cruzada; suena bien y nos dará réditos. Además, unirá a la gente. Mejor, hagamos varias. ¿Hasta una de niños? Por ganancias que no quede, también una de niños. ¿Y el cristianismo? Lo han arruinado, está derribado, en su lugar han levantado catedrales y mezquitas. Bueno, realmente sigue intacto. Quien lo guarda no se duerme. Se levantará y levantará a su pueblo.
Mientras unos se pelean por quien deba portar las insignias; otros se dedican a su trabajo en el taller.  Se ha redescubierto un espacio muy interesante: la ciudad. Se produce, se trabaja, se vende y se compra. El comercio. La transmisión de bienes, también culturales. Esas ciudades adquieren poder, limitado, pero poder. Algunas son verdaderas ciudades-estados. Componen leyes de convivencia. Eligen a sus gobernantes. Siguen bajo la corona o la tiara, pero empiezan a caminar por su cuenta. Buen asunto. Se ha descubierto un nuevo mundo. Han fabricado un mecanismo para imprimir. Buen asunto. Se renueva el estudio de la Escritura, hay quien propone que sea, al final, la autoridad suprema. Buen asunto. Discuten sobre la legalidad de un papa u otro, de un Emperador u otro. Eso es bueno, que discutan.
Si siguen así, un poco más y tendremos una Reforma Protestante. Allí nos vemos el próximo artículo.

Autores: Emilio Monjo Bellido

©Protestante Digital 2011

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Pedofilia in Irlanda, rabbia e vergogna del Papa: «Responsabili pagheranno»

 

Vertice in Vaticano sul «rapporto Murphy» che ha svelato abusi da parte di sacerdoti e tentativi di insabbiamento

Il cardinale irlandese Sean Brady (Ansa)

Il cardinale irlandese Sean Brady (Ansa)

ROMA – Rabbia e vergogna. Benedetto XVI sceglie parole forti per rivolgersi ai vertici della Chiesa irlandese, convocata in Vaticano sul «rapporto Murphy», un documento che prova come per decenni siano stati perpetrati abusi su bambini da parte di esponenti del clero in Irlanda e come questi siano stati passati sotto silenzio da parte dei responsabili ecclesiastici che avrebbero dovuto denunciare e tutelare. Il Papa ha parlato di «crimini odiosi» e ha promesso che tutti i responsabili pagheranno. Ha quindi annunciato che scriverà una lettera ai cattolici irlandesi.

RESPONSABILITÀ DELLA CURA PASTORALE – «La Santa Sede prende molto sul serio le questioni sollevate dal "rapporto Murphy", incluse quelle che concernono i pastori delle Chiese locali che hanno in ultima istanza la responsabilità della cura pastorale dei bambini» si legge nel comunicato emesso della sala stampa vaticana. Un testo, precisa padre Lombardi, che «il Pontefice ha letto e approvato». Benedetto XVI, aggiunge Lombardi, «intende indirizzare una lettera pastorale ai fedeli dell’Irlanda nella quale darà chiare indicazioni circa le iniziative che saranno prese per rispondere alla situazione. In tal modo il Papa intende dare delle indicazioni concrete e non solo esprimere il rammarico, per dare una risposta a una situazione drammatica. Inoltre, data l’urgenza del problema, pure se non esiste ancora una data per la pubblicazione del documento, i tempi non saranno lunghi». Il Papa, viene spiegato, è «sconvolto e angosciato, condivide la rabbia, il senso di tradimento e la vergogna provate da così tanti fedeli cattolici irlandesi» e la Chiesa continuerà a seguire questa «grave questione con la massima attenzione». All’incontro hanno preso parte il primate della chiesa irlandese, il cardinale Sean Brady, l’arcivescovo di Dublino mons. Diarmuid Matin e alcuni alti esponenti della Curia vaticana: il prefetto della congregazione per il clero, card. Claudio Hummes, il prefetto della congregazione per i vescovi, card. Giovanni Battista Re, il prefetto della Congregazione per la dottrina della fede, card. William Levada.

LE SCUSE DEI VESCOVI IRLANDESI – Tre giorni fa era stato il Nunzio apostolico in Irlanda, Giuseppe Leanza, a scusarsi per «eventuali errori» commessi dalla Santa Sede: «Noi condanniamo questi atti ma se dovesse emergere che un qualunque errore è stato commesso da parte nostra presentiamo le nostre scuse» ha detto al termine di un incontro con il ministro degli esteri irlandese Michael Martin. Secondo il rapporto, la Chiesa cattolica irlandese avrebbe cercato di coprire una serie di abusi sessuali su minori commessi da sacerdoti e il ministro Martin aveva detto di essere rimasto deluso dal «silenzio» del Vaticano. Il giorno successivo il sinodo dei vescovi irlandesi ha chiesto pubblicamente scusa, anche per il tentato insabbiamento dello scandalo messo in atto dai vertici ecclesiastici a Dublino: «Noi vescovi chiediamo scusa a coloro che hanno subito gli abusi dei sacerdoti quando erano piccoli, ai loro familiari e a tutti coloro che, giustamente, se ne sono scandalizzati. Siamo scioccati non solo per la portata degli abusi così come vengono riferiti in un rapporto, ci sentiamo anche coperti di vergogna di fronte ai tentativi di insabbiamento messi in atto dall’arcivescovado di Dublino».

IL RAPPORTO RYAN – Il rapporto della Child Abuse Commission è stato redatto al termine di una vasta indagine sugli istituti gestiti da religiosi, in cui sono state intervistate migliaia di vittime di abusi. Vengono raccontati fatti di un arco di tempo di circa 50 anni, dal 1930 agli anni ’80. Sono raccolte le testimonianza di circa 2.500 vittime e prese in esame oltre cento istituzioni gestite da religiosi. In particolare, nelle istituzioni pubbliche per soli ragazzi gestite da ordini religiosi cattolici, le violenze erano «endemiche», secondo quanto dichiarato dal giudice che ha coordinato il rapporto, Sean Ryan. La commissione fu creata nel 2000 dal premier Bertie Ahern dopo che un documentario tv fece emergere la lunga storia delle violenze sui minori nelle istituzioni gestite da ordini religiosi. Si parla di pestaggi, violenze sessuali di ogni genere, umiliazioni, copertura e protezione reciproche da parte dei responsabili delle violenze.

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Siete de cada diez personas del mundo profesan una religión

 

Siete de cada diez personas del mundo profesan una religión

La mayoría de los habitantes de nuestro planeta ve la religión como algo importante en su vida.

18 de julio de 2011, REINO UNIDOS

Una encuesta llevada a cabo por una compañía líder de investigación del Reino Unido, ha revelado que alrededor de siete de cada 10 personas en el mundo pertenecen a una religión, y que la mayoría de los habitantes de nuestro planeta ve la religión como algo importante en su vida.
La encuesta –en la cual participaron 18.473 adultos de 24 países del globo- señala asimismo importantes diferencias a este respecto por países . Así, el 94% de las personas religiosas de los países mayoritariamente musulmanes señaló que la religión es importante en sus vidas. Los países musulmanes analizados fueron Arabia Saudí, Turquía e Indonesia.
En comparación, sólo el 66% de los individuos de los países mayoritariamente cristianos -19 naciones en total- señaló coincidir en este pael central de la religión en su vida.
IMPORTANCIA DE LA FE
Aunque dentro de los cristianos hay amplias varaciones según los países. Por ejemplo, en Estados Unidos, dentro del 65% de los encuestados que se autodefinieron como “cristianos”, el 86% señaló que su fe era importante en sus vidas, mientras que entre los cristianos de Francia y Suecia, este porcentaje fue de entre el 36 y el 42%. En España, el porcentaje a este respecto fue del 44%.
Además de los países ya mencionados, otras naciones estudiadas fueron Brasil, Sudáfrica, India, México, Italia, Polonia, Corea del Sur, Argentina, Australia, Canadá, China, Rusia, Gran Bretaña, Hungría, Japón, Bélgica y Alemania.
Los resultados de esta encuesta, que abarcó a 18.473 adultos de edades comprendidas entre los 16 y los 64 años, señalan además que entre la gente joven con alguna religión, ésta también juega un papel significativo en sus vidas: casi tres cuartos de los encuestados (el 73%) menores de 35 años afirmó que su religión o su fe resultaba clave para ellos.
Por otro lado, las personas que viven en países mayoritariamente musulmanes son más propicias (un 61%) que las que viven en países principalmente cristianos (un 19%) a creer que su fe es la única vía verdadera hacia la salvación, la liberación o el paraíso. El apego a esta creencia difiere entre unos países y otros, con una pequeña minoría que la sostiene en Europa occidental, y una gran mayoría que la mantiene en los países musulmanes estudiados.
Mientras que Indonesia, Turquía y Brasil se revelaron como los países con mayor proporción de personas con una creencia definitiva en un único dios o en un ser supremo, en India, China y Rusia, en cambio, el 24, el 14 y el 10% de los encuestados respectivamente, se mostraron más propicios en creer en diversos dioses.
En el otro extremo del espectro, el porcentaje más alto de individuos que afirmaron no creer en Dios o en un ser supremo, casi el 40% de los encuestados, se dio en Francia, Suecia, Bélgica y Gran Bretaña.
MOTIVACIÓN PARA AYUDAR A OTROS
La caridad también fue un tema de importancia dentro del estudio. Los musulmanes son más propicios a creer que su religión es de suma importancia para ayudar a los necesitados, a los cuales dedican tiempo y dinero: 61% de las personas piensan así en el caso de las naciones musulmanas, frente al 24% en las sociedades mayoritariamente cristianas.
En términos generales, tres de cada 10 personas (el 30%) con una religión o fe afirmaron que la religión les motivaba para atender a los necesitados . Pero, alrededor de la mitad de los encuestados (el 52%), afirmó que no había diferencia en este sentido, ya que consideraban que ayudar a los demás resulta necesario en cualquier caso.
Otro dato que arrojó la encuesta es que un tercio de los participantes (33%) de todos los países estudiados declaró no tener amigos o tener muy pocos amigos que profesasen religiones distintas a las de ellos.Este punto varía mucho dependiendo del país, y parece no guardar relación con la creencia o no de la gente en que su propia religión es la única verdadera, señala el estudio.
CREENCIAS VARIAS
El pasado mes de abril, Ipsos MORI hacía públicos los resultados de otra encuesta, en este caso sobre la fe en Dios o en un ser supremo, así como sobre la creencia en algún tipo de vida después de la muerte.
Los resultados de esta investigación revelaron que ambas creencias (trascendencia y más allá) siguen siendo fuertes en la mayoría de los países del globo. Así, el 51% de las 18.829 personas de los 23 países analizados afirmó estar convencido de la existencia de una vida después de la muerte y de la existencia de una entidad divina, mientras que el 18% señaló que no creía en nada de esto, y el 17% que no estaba seguro al respecto.
Sin embargo, la encuesta también reveló que sólo el 28% de las personas encuestadas creía en el creacionismo -es decir que no cree en que la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente proviene de un acto de creación de uno o varios seres divinos-, frente al 41% que creía en la evolución humana y el 31% que, simplemente, no sabía qué creer.Sudáfrica, Estados Unidos, Indonesia, Corea del Sur y Brasil son países en los que la gente se mostró más propicia a creer en el creacionismo.
La encuesta también analizó los porcentajes de personas que creían en la reencarnación, creencia en que una esencia individual de las personas -ya sea mente, alma, conciencia o energía- adopta un cuerpo material no solo una vez sino varias.
En cuanto al ateísmo la tendencia a creer en este concepto fue especialmente fuerte en Hungría, con un 13% de los encuestados. A este respecto, Corea del Sur y España fueron los países en los que los participantes afirmaron que en la muerte “simplemente se deja de existir”.

Fuentes: Reuters

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