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Israel adopta la dieta de langostas y miel de Juan el Bautista

Debaten si es o no ‘kosher’

Israel adopta la dieta de langostas y miel de Juan el Bautista

Moshe Basson, cocinero de referencia en Israel / ‘The Eucalyptus Restaurant’, Jerusalén
Los restaurantes israelíes convierten la plaga de langostas en una aventura del paladar para exquisitos ¡si Juan el Bautista levantara la cabeza!

29 DE MARZO DE 2013, JERUSALÉN

Desde principios de marzo, Israel está sometido a la llegada incesante de langostas que, en cinco oleadas diferentes, ha llenado sus cielos con más de 30 millones de insectos.

Procedentes de Egipto y justo antes de la Pascua que celebran esta semana (como en las plagas bíblicas que liberaron al pueblo judío del yugo del faraón), las langostas se han convertido en un problema serio para el campo, sobre todo para la patata y el maíz, donde encuentran alimento. Las pérdidas se cuentan por millones de euros, según el Ministerio de Agricultura, pero los israelíes han sabido encontrar la cara buena de esta crisis: la gastronómica.

Familias enteras se han echado al desierto del Negev, la zona más afectada, para recolectar esta especie de saltamontes y echarlos a la cazuela, rescatando viejas recetas de Yemen o Marruecos, los países donde con más naturalidad se comen estos bichos.

Chefs de referencia como Moshe Basson, del restaurante The Eucalyptus (Jerusalén), han pagado cifras inconfesables por lograr unos cuantos kilos y cocinarlas en cenas privadas, para algunos ricos privilegiados. Empanadas, fritas o caramelizadas, son la sensación culinaria del momento. La langosta dulce, al estilo de la que tomaba con miel el profeta Juan el Bautista en el desierto, es ahora sin embargo una receta mucho más sofisticada: se rocían de caramelo, o se ponen cubiertas de chocolate negro, dulce de leche, merengue o crema batida de coco y hojas de remolacha, generalmente para servir de entrante. Claro que Basson tampoco viste con piel de camello.

CERRADO POR PESAJ
El chef Basson, que tiene su restaurante frente a la muralla jerosolimitana, junto a la ciudad vieja, reconoce que ha tenido un “golpe de suerte”, aunque se siente “triste” por lo mal que lo están pasando los agricultores “y los hermanos de Sudán o Eritrea, donde también están llegando los insectos, y donde ya apenas hay nada que comer”. Aunque por ahora la plaga ha dejado en paz a la región, algo que no afecta al Eucalyptus, porque ha cerrado estos días.

El cierre no es por las vacaciones, sino por la prohibición kosher de cocinar con harina y levadura en estos días de pascua. Por eso al Pesaj (en judío, o Passover en inglés) se le conoce también como “la fiesta del pan ácimo”. Ni una miga de pan puede haber en las cocinas particulares y profesionales. Se recuerda a los israelitas que se marcharon a toda prisa de Egipto y, siguiendo las órdenes de Dios a través de Moisés, la masa de pan la hornearon en forma de matzah, pan ácimo. Con la Pascua festejan el fin a 400 años de esclavitud.

¿COMÍA “KOSHER” JUAN EL BAUTISTA?
“No saben a nada, en realidad, pero la textura es una mezcla suave y crujiente que engancha”, explica Nimrod Azulay, un vendedor del mercado de Mahane Yehuda, nacido en Argelia. Mientras ha tenido provisiones, ha vendido el medio kilo a unos 100 euros. No ha expuesto las langostas, por temor a tener problemas con los rabinos centroeuropeos, que no tienen muy claro que sean kosher, es decir, un alimento conforme a las reglas del kashrut, la ley alimentaria judía.

Los rabinos de las comunidades árabes insisten en que son puras, que la Torá reconoce expresamente que se pueden comer cuatro tipos de ellas, las rojas, amarillas, grises moteadas y blancas, pero aquellos de zonas más frías, donde estas plagas son menos comunes, nunca han tenido la oportunidad de cocinarlas y por eso tienen dudas.

Para el chef Basson mantener su etiqueta de kosher en el Eucalyptus es vital, basando como basa su carta en la cocina bíblica, que retoma alimentos y procesos tradicionales muy apreciados por la comunidad judía más observante.

Fuentes: CADENA SER

Editado por: Protestante Digital 2013

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Arqueólogos encontram selo com mais de 1,5 mil anos em Israel

 

Objeto em forma de candelabro era usado para marcar o pão a ser consumido pelas comunidades judaicas, que viviam sob o Império Bizantino

10 de janeiro de 2012 | 15h 20

Efe

Um grupo de arqueólogos israelenses encontrou em Acre, no norte do país, um selo com forma de candelabro utilizado para marcar o pão há mais de 1.500 anos, informou nesta terça-feira, 10, a Direção de Antiguidades de Israel em comunicado.

Cientistas deduzem que os selos com a figura eram fabricados em série para os padeiros - Efe

Efe

Cientistas deduzem que os selos com a figura eram fabricados em série para os padeiros

O selo, de pequeno tamanho e feito de cerâmica, deixava sobre a superfície do pão a figura de um candelabro de sete braços como o utilizado no segundo Templo de Jerusalém. Esta era uma forma de marcar o pão destinado às comunidades judaicas da época que viviam sob o Império Bizantino.

"Esta é a primeira vez que um selo deste tipo é achado em uma escavação científica controlada, o que torna possível determinar sua origem e sua data", afirmou Danny Syon, um dos diretores da escavação em um povoado rural aos arredores de Acre, cidade notoriamente cristã naquela época.

Segundo os arqueólogos, o achado demonstra que os judeus viviam na região e que o pão era marcado para enviá-lo aos que residiam dentro da cidade, uma espécie do atualmente empregado selo "kosher" para produtos que respondem às estritas normas da cozinha judaica.

O costume também se assemelha ao dos cristãos da época, que marcavam seus pães com uma cruz. Em letras gregas, ao redor do selo judeu, está o que parece ser o nome do padeiro, "Launtius", comum entre a comunidade judaica da época.

David Amit, outro arqueólogo a cargo da escavação e especialista em selos de pão, explicou no comunicado que "o candelabro foi gravado no selo antes de colocá-lo no forno, e o nome do padeiro depois".

"Disso deduzimos que os selos com a figura eram fabricados em série para os padeiros, e que cada um deles colocava depois seu nome", explicou.

Na jazida arqueológica de Hurbat Uza foram encontrados até agora vários objetos que corroboram a existência de uma pequena comunidade judaica em torno de Akko, cidade milenar que, por sua estratégica situação geográfica, foi sempre ambicionada pelos diferentes conquistadores da Terra Santa.