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Visita del Papa: unos todo y otros nada

Wenceslao Calvo

 

Visita del Papa: unos todo y otros nada

La visita del papa a Madrid con motivo de la celebración del Día Mundial de la Juventud ha ocupado grandes espacios en las cadenas de televisión y en todos los medios de comunicación.

17 DE AGOSTO DE 2011

Se trata de un acontecimiento de grandes dimensiones y para que lo sea, en los tiempos que vivimos, ha de estar sustentado por un gran despliegue mediático. Así que, en cuanto a protagonismo y relevancia el éxito está asegurado, al contar con la atención de tales medios.
Otra cosa diferente es si esta visita será un revulsivo que estimule a la Iglesia católica en España o simplemente será un macro-acontecimiento multitudinario que pasará sin dejar huella para el futuro.
En el barrio donde vivo se han habilitado los colegios públicos y las dependencias institucionales del ayuntamiento para albergar a los peregrinos que en estos días han venido de todo el mundo para el acontecimiento. No deja de sorprenderme el hecho, porque una de las luchas que hemos tenido los evangélicos durante años ha tenido que ver con el acceso a los recursos públicos. Si estaban en el poder los de un bando había que tener cuidado para no dar la impresión de que lo que se hacía era algo religioso, ya que su predisposición de no simpatía, o incluso antipatía, hacia la religión podía perjudicar la solicitud; pero si estaban en el poder los del otro bando la situación no era mejor, porque no éramos de los suyos. En ambos casos, planeaba en el ambiente la sombra de que algo sectario y proselitista se intentaba hacer.
Así es como se llegó a una solución para intentar sortear los obstáculos que de uno y otro lado teníamos los evangélicos. Esta solución fue la de la dimensión social. Si se quería organizar algo en el que bienes o recursos públicos pudieran ser usados, sin levantar sospechas, tenía que llevar el marchamo de lo social.
Para los de un bando era garantía de que no se trataba de algo escabroso sobre creencias a ser impuestas sobre los demás y para los del otro bando era salvaguarda de que no se promovía nada que favoreciera a la competencia. De este modo, había que buscar un lenguaje lo más neutral posible para presentar cualquier proyecto, resaltando, por encima de todo, el aspecto de lo social.
Pero he aquí que llega el papa, en una visita de marcado carácter confesional y religioso, y de pronto todos los recursos habidos y por haber se ponen a su disposición , a fin de asegurar el éxito de la convocatoria. Aquí no hace falta un lenguaje especial para explicar el asunto, ni tampoco hay temor a levantar suspicacias por atreverse abiertamente a publicar lo que las jornadas son realmente. No es necesario recurrir al subterfugio de lo social.
¿Por qué a unos todo y a otros nada? En el mes de mayo hubo una concentración de evangélicos para solicitar al ayuntamiento de Madrid que cesen los expedientes y cierres de lugares de culto evangélicos en la capital de España. La normativa que se aplica a tales lugares es tan exigente que muy pocos pueden cumplirla.
Una normativa que es propia de discotecas, bares y otros centros de aglomeración pública, donde el ruido y las molestias son continuas hasta altas horas de la noche. Nada de eso tiene que ver con las iglesias evangélicas que, no obstante, están encuadradas en la misma categoría que esos establecimientos. Hasta la fecha, que yo sepa, el ayuntamiento no ha respondido a la demanda de los evangélicos para que se les aplique una normativa apropiada.
Me pregunto cuántos edificios públicos cumplen las normativas. He estado haciendo trámites en una embajada en Madrid de cierto país, del que no diré el nombre para no avergonzarlo, en la que había que tener cuidado con los cables eléctricos que estaban sueltos por el suelo no fueras a tropezar con alguno, en la que por la puerta de entrada apenas cabía una persona (no quiero imaginar qué sucedería si hubiera un incendio u otra emergencia) y la escalera que comunicaba la estancia inferior con la superior era empinada a más no poder y estrecha como ella sola.
Por supuesto nada de facilidades para minusválidos. Todas las dependencias están destartaladas y la precariedad es quien primero te da la bienvenida. Allí hay todos los días varias decenas de personas para hacer sus trámites y la embajada funciona con toda normalidad. ¿Irá el ayuntamiento a hacer una inspección y cerrar la sede diplomática o a levantar un expediente de apercibimiento o sancionador?
Me alegro por el papa y sus seguidores de que tengan tantas facilidades para realizar este acto. Sería de justicia que otros tuviéramos también las mismas.

Autores: Wenceslao Calvo

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El Papa visita la España menos católica de su Historia

Ante la JMJ

 

El Papa visita la España menos católica de su Historia

En los últimos diez años han bajado las cifras de asistencia a misa, de seminaristas, de bodas religiosas y de bautizos. Ahora sólo el 56% de los jóvenes se declaran creyentes.

10 DE AGOSTO DE 2011, MADRID

Quedan unos días para que se produzca la tercera visita del Papa Benedicto XVI a España. La Jornada Mundial de la Juventud se celebrará en un contexto económico y social complicado, pero no menos relevante es la situación que atraviesa la misma iglesia católica.
Aunque los católicos siguen siendo una clara mayoría en el país (un 71% se declaran así) cada año se experimenta un descenso  de estas cifras. En el año 2001, eran un 82% los creyentes católicos. Junto a ello, aumentan los que se declaran ateos y no creyentes, que ya suman un 24,3%, según las cifras del CIS. Un 2,4% se declaran creyentes de otra religión.
Por otra parte, la creencia en el catolicismo desciende drásticamente con la edad.  Por encima de los 65 años, nueve de cada 10 españoles se confiesan creyentes y la proporción cae hasta el 56,8% entre quienes tienen entre 18 y 24 años, según el barómetro de julio pasado. El retrato ofrece otros elementos: a mayor formación, menor creencia (50,2% de creyentes con estudios superiores) y mayor secularización en las grandes ciudades (53% de creyentes) que en el campo (ocho de cada diez). Las mujeres mantienen más la fe.
PROCESO DE SECULARIZACIÓN
Aunque maneja datos algo más favorables, la jerarquía católica toma nota de la creciente caída de fieles. “De forma paulatina y en ocasiones preocupante, la sociedad española vive un claro proceso de secularización”, afirma Jesús de las Heras, director de la revista Ecclesia, de la Conferencia Episcopal. El fenómeno es amplio “sobre todo en las generaciones jóvenes”, puntualiza.
“Las causas de la secularización son variadas y complejas”, analiza el sacerdote De las Heras. “En parte,  la sociedad se ha olvidado del más allá, de la trascendencia . Con el desarrollo económico, ha sustituido los bienes espirituales por los materiales y se ha apartado de la fe”. A eso se añade “la ausencia generalizada de Dios en la sociedad que presentan el mundo mediático y el de la cultura”, afirma.
Sí, de Dios no se habla mucho en la tele. Y encima, la guinda de las políticas laicistas del Gobierno de Zapatero (matrimonio entre personas homosexuales, la agilización del divorcio, el apoyo a la diversidad familiar…), destacan varios interlocutores. “Sin duda han minado, como una lluvia fina, al dar normalidad a lo que está fuera de la doctrina y el magisterio de la Iglesia”, detalla De las Heras.
“La secularización es buena, como planteó el Concilio Vaticano II, pero la laicidad se ha teñido de anticlericalismo y no se puede relegar la religión a la sacristía, porque es una faceta humana más”, afirma un veterano jesuita que pide anonimato.
Hay voces dentro del catolicismo que analizan las cifras de forma diferente. Javier Baeza, párroco de Madrid y ahora implicado en el movimiento 15-M, cree que “la desafección religiosa en general tiene que ver con la tradición de una cultura religiosa culpabilizadora, basada en el pecado y en la maldad del ser humano”.
A este poso, que ahora rechaza, suma otros dos elementos: “Una jerarquía fuera de cobertura, cada vez más alejada de la realidad del pueblo y que choca con la Iglesia más combativa” y una sociedad más interesada en el bienestar que en el compromiso. Además, está el mensaje moral que transmite la jerarquía, “cerrado y pueril”.  “La gente en general cree en Dios, pero pierde fe en la jerarquía” , apostilla el jesuita.
‘FE’, LUEGO ‘CULTURA’… ¿NUEVA RUPTURA?
Con su punto de vista laico, el catedrático de Sociología Alfonso Pérez-Agote, de la Universidad Complutense, mira hacia atrás.  “En los años setenta pasamos de ser un país católico a ser un país de cultura católica. Hubo un desinterés progresivo y bajó la práctica religiosa. Ahora se está rompiendo con eso, sobre todo los jóvenes” , explica este investigador.
Para muestra, varios botones: las bodas civiles superan a las religiosas desde 2009 – “el sacramento ahora es la hipoteca”, ironiza el sociólogo- y uno de cada tres bebés es extramatrimonial, una proporción similar a la de recién nacidos que no se bautizan.
“Lo que queda ahora es una religiosidad íntima que ya no es religión y que no pasa por ninguna institución en particular”, prosigue Pérez-Agote. Un divorcio que él ve alentado por la  escasa confianza de los españoles en la Iglesia católica.
“¿Cómo va a tener atractivo para los jóvenes una institución no democrática que deja fuera a las mujeres porque no pueden tener responsabilidades y que tiene planteamientos muy tradicionales sobre sexualidad, familia, preservativos, muerte digna y sobre todos los problemas candentes del siglo XXI?”, se pregunta.
Sin embargo, una actualización doctrinal no es el camino. “La Iglesia es consciente de la seriedad de algunos de sus planteamientos morales, pero propone su doctrina convencida de que refleja la verdad”, afirma De las Heras. El “atractivo de la Iglesia” no vendrá de una “rebaja” de su doctrina.
ALEJAMIENTO PROGRESIVO
Así las cosas, corren tiempos de “apostasía silenciosa”, como dice el director de Ecclesia. “No es agresiva ni combativa” y lleva a una cierta “religiosidad a la carta” que no es “despreciable” y que convive con el desconocimiento de la doctrina e incluso de la cultura católica.
“A la carta”, según De las Heras, o “íntima”, según Pérez-Agote, la religiosidad que ha seguido a la religión tiene un termómetro en misas y otros sacramentos, esos ritos que acompañan la vida de los creyentes.  El CIS muestra una creciente brecha entre creencia y práctica religiosa.  Del 71,7% de los ciudadanos que se declaran creyentes católicos, el 13% va a misa casi todos los domingos y el 2,7% varias veces por semana. En 2001 eran el 19% y 2,9% respectivamente. La mayoría incumple el precepto de la misa dominical.
Ahora, seis de cada 10 españoles que se declaran católicos no pisa “casi nunca” la iglesia, si se descuentan las citas con cariz social (bodas, bautizos, funerales, comuniones).
EL PAPEL DE LA JMJ
Planes pastorales para intentar atajar la secularización en el día a día y grandes actos masivos y mediáticos con el Papa de protagonista. Es la receta de la Conferencia Episcopal para los tiempos que corren.
Ese es el espíritu que persigue “la gran movida de la Jornada Mundial de la Juventud”, como dice el sacerdote Jesús de las Heras, director de la revista del episcopado, Ecclesia. “No echamos la casa por la ventana sin más, por afán de espectáculo, sino que somos conscientes de que tenemos un desafío al que responder. Queremos dejar patente que la Iglesia quiere a los jóvenes y que los jóvenes han de querer a la Iglesia ”, afirma.
Las jornadas, del 16 al 21 de este mes, contarán a partir del día 18 con la presencia de Benedicto XVI en Madrid. Será la octava visita de un Papa a España (las cinco primeras fueron obra de Juan Pablo II entre 1982 y 2003). Aunque estos viajes no han frenado la desafección religiosa, en medios eclesiásticos creen que son una buena inyección de optimismo para unos creyentes rearmados frente al laicismo creciente.
Hay quien asegura que la presencia papal se traduce en vocaciones. Pero los seminarios siguen semivacíos: 1.265 alumnos repartidos en 79 centros en el último curso, cuando entraron 245 estudiantes nuevos, abandonaron 124 y se ordenaron 162.

Fuentes: El Pais

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15M: los indignados en contra de la visita del Papa a Madrid

 

15M: los indignados en contra de la visita del Papa a Madrid

Su protesta no va dirigida contra la religión católica ni contra el viaje de Benedicto XVI en sí, sino contra la financiación pública.

07 DE AGOSTO DE 2011, MADRID

Tras haber conseguido la reconquista de la Puerta del Sol (que esta pasada semana llegó a estar bloqueada por la Policía), el movimiento 15-M anunció anteayer que sus próximos pasos tienen un claro objetivo: torpedear la inminente visita del papa Benedicto XVI a España. Los activistas destacaron que su protesta no va dirigida contra la religión católica ni contra el viaje de Benedicto XVI en sí, "sino contra la financiación pública que indirectamente se está invirtiendo en las jornadas".
Los indignados han recogido el testigo de grupos de laicos, ateos y cristianos de base que, a mediados de julio, guiñaron el ojo al 15-M para sumar esfuerzos y convocar acciones de protesta cara a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que empieza el 18 de agosto en Madrid. Tras horas de debate en las asambleas, el colectivo de indignados anunció que no se quedaría de brazos cruzados ante la visita papal.
Estos y otros asuntos se debatieron durante la tarde del sábado 6 de junio en el II Foro Popular Intercalles del 15-M, que consistía en la celebración de una serie de comisiones en todos los accesos a Sol, adonde la policía no les dejaban entrar hasta ayer. La mayoría acabaron celebrándose en mitad de la plaza, donde de nuevo está operativo a partir ayer un centro de información.
ACTIVIDADES ANTE LA VISITA PAPAL
El colectivo 15-M debatió diversas medidas  durante las diferentes asambleas que tuvieron lugar Los indignados están elaborando un calendario de acciones de protesta  para la llegada del Papa, entre las que se encuentra la escenificación de un vía crucis reivindicativo , la colocación de puestos informativos en los lugares donde se hospedarán los peregrinos y una manifestación en Neptuno paralela a la misa del martes  en la plaza de Cibeles con la que se inaugura la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Otras ideas que propusieron fue animar a la gente a que se disfrazara de bebé para "protestar contra la pederastia  dentro del mundo eclesiástico", o la de ocupar los 800 colegios públicos e institutos cedidos gratuitamente  para su uso como albergues de peregrinos. El 15-M también pretende boicotear a las empresas patrocinadoras de la visita.
Igualmente, los indignados expresaron su deseo de asistir a la manifestación que los grupos de laicos, ateos y cristianos de base han organizado para el 17 de agosto.

Fuentes: El País, El Periódico

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